los depresivos mienten cuando dicen... no tengo ganas, no tengo ideas, no tengo voluntad, los pecadores mienten cuando dicen... eso ofende a mis creencias, los razonables mienten cuando dicen... las cosas son así, esa es la verdad, los enamorados mienten cuando dicen... te amaré por siempre, los eficaces mienten cuando dicen... así se hacen las cosas bien, los ricos mienten cuando dicen... el dinero todo lo compra, los pobres mienten cuando dicen... lo que importa no es tener más si no necesitar menos
cada uno de nosotros le miente a muchos y se miente a sí mismo
los depresivos saben que en algún lugar hay ganas, ideas, voluntad pero es tan difícil ponerme a buscarlas, los pecadores saben que volverán a sus pecados pero confesarlos los hace sentir un poco mejor, los razonables, insisten en su verdad, sin ella qué serían, los enamorados no pueden imaginarse sin a quien aman, los eficaces se envanecen con el éxito, los ricos no quieren ni imaginarse lo que hay atrás del dinero y los pobres no quieren ni pensar en lo que el dinero les podría dar
por qué mienten, por qué mentimos
porque no queremos que nuestro pequeño mundo se derrumbe y tener que volver a hacerlo todo de nuevo
mentimos...
porque tenemos miedo
el miedo está allí... justo donde la depresión no alcanza, ni la fe, ni la razón, ni el amor, ni la eficacia, ni la riqueza, ni la pobreza
el miedo nos advierte que... no importan nuestras razones, creencias, sentimientos, posesiones, relaciones...
no importa lo que hicimos, o no, tuvimos, o no, sentimos, o no...
todavía tenemos que hacer más
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